Una de las cosas más complejas en las fases iniciales de un proyecto o producto es alinear a todos los involucrados hacia un mismo objetivo, reducir las incertidumbres y los riesgos más evidentes, así como controlar las expectativas individuales de lo que va y no va a ser. Aquí entran en juego las técnicas de conceptualización de la idea, entre ellas encontramos el denominado Agile Inception Deck procedente del libro “The Agile Samuari” de Jonathan Rasmusson.

Este mazo intenta mitigar la generación de ideas erróneas o la falta de comunicación que realmente las propician. Si pensamos en un concepto acotado, como el crear un servicio de entrega de paquetería, cada stakeholder podría tener una visión sesgada (uno piensa en repartir a pie en una zona muy reducida, otro con motos para tener un mayor alcance y otro con furgoneta para evitar que se mojen los paquetes), a pesar de que todos tienen un objetivo que es entregar paquetes, dependiendo de cómo se construya el servicio van a sentir frustraciones aquellos que tengan una visión diferente de la final.

Si además no planteamos nuestro proyecto como uno de futuro y nos limitamos a corregir lo que debería funcionar a día de hoy o lo que ya hacen nuestros competidores, estamos creando un proyecto de pasado.

Estas técnicas no son las únicas y tampoco buscan cubrir todos los aspectos, pero sí que ayudan a establecer una base de trabajo que puede ser muy beneficiosa en los primeros pasos de nuestros proyectos.

NOTA: Si quieres imprimirlas, te recomendamos hacerlo en tamaño A5 con el acabado Estucado Mate de 300 gr.

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