Con un panel kanban se busca visualizar nuestro flujo de trabajo para poder comprender cómo avanzamos con el mismo. No podemos medir aquello que no podemos ver. Si comprendemos el flujo es más fácil realizar ajustes en el mismo y detectar cuellos de botella. Una forma común de visualizar el flujo de trabajo es con el uso de columnas que representen los diferentes estados o pasos dentro del flujo de trabajo.

Algunas consideraciones que debemos tener en cuenta para optimizar el uso de estos paneles son:

Visualizar: Parece algo básico pero no siempre vemos realmente las fases por las que pasa un proyecto ni qué personas trabajan en qué. Esto es muy habitual en grandes empresas, donde suele aparecer un desconocimiento sobre el trabajo de otros equipos al crearse nichos de responsabilidad. El método Kanban recomienda usar un panel con tarjetas que definan cada tarea dividiéndola en columnas que indican cada fase del proyecto.

Limitar el trabajo en curso: Hacer muchas cosas pero dejarlas todas a medias no sirve de nada. Si empiezas algo, termínalo antes de empezar otra cosa, ése es un principio básico del método Kanban y uno de los pilares para que un proyecto funcione.

Dirigir y gestionar el flujo: Además de visualizar el flujo de trabajo hay que controlar su funcionamiento, ver en todo momento si las piezas están funcionando o si alguien tiene problemas y solucionarlos.

Hacer las políticas explícitas: Para aplicar bien un método hay que entenderlo. En este sentido, tan importante es saber quién hace qué, como que esas personas sepan cómo hacer su trabajo y que entiendan las especificaciones o reglas que utilizará el equipo.

Reconocer oportunidades de mejora: Uno de los pilares del método Kanban es la mejora constante partiendo desde la situación en la que nos encontramos En tal sentido, la mejora debe ser acordada en equipo, aportando la experiencia de todos los miembros del equipo.